El proyecto se propone resolver la interferencia geométrica de los trazados que existe en el sitio. La arquitectura será la encargada de incentivar al usuario al atravesamiento de paso y su consecuente condición peatonal. El usuario tiene la potestad de hacerlo como si de una continuidad de la diagonal se tratara.
Esta condición de dominio ambiguo está liderada por la voluntad de otorgarle a los usuarios la libertad de uso total. La propuesta se desarrolla tomando este eje como principal condicionante de las decisiones proyectuales, ponderando la importancia de la escala pública sobre el resto de las variables e incorporando el nuevo programa en una agenda colectiva de encuentro e intercambio social.