El punto de partida del proyecto se centra en habitar el paisaje desde un contacto directo y primitivo. Se trata de un objeto aislado que formará parte del sistema mineral del sitio, tomando como excusa estética la condición rocosa de las afloraciones que enmarcan la singularidad de la implantación. Dónde el vínculo con la naturaleza esté guiado por la exposición de los usuarios a una experiencia austera y despojada.