El proyecto se ubica en Villa Serrana, en una zona agreste y alejada de las áreas más calificadas de la urbanización y por tanto con infraestructuras precarias respecto del resto de la zona. Esta condición de austeridad que proviene de las propias infraestructuras disponibles brindaba al paisaje una sensación silvestre o de ruralidad casi inexplorada que queríamos aprovechar y potenciar.
En ese sentido se decidió utilizar un lenguaje inspirado en la tipología de ¨granero¨ o cabaña-refugio, de planta rectangular y techos inclinados que favorecen la amplitud en la espacialidad interior a la vez que ocupan una función ideal para el escurrimiento y recolección de aguas pluviales. Para incorporar el programa de la vivienda se decidió optar por una planta simple en base a una organización simétrica apenas distorsionada por las reparticiones interiores de los extremos. El espacio central, pasante y conectado plenamente en sus caras longitudinales con el exterior a partir de dos grandes ventanales corredizos, corresponde al espacio social que está contenido en el sentido transversal por dos ¨paréntesis´ programáticos que albergan diferentes instalaciones de la cocina y living. Por detrás de estos, en las cabeceras del conjunto, se ubican las habitaciones y el baño.