La vivienda se emplaza en el entorno natural de las sierras de Lavalleja, Uruguay, aprovechando un terreno caracterizado por su pronunciada pendiente. La casa se implanta en una zona singular horizontal del terreno y se concibe como un volumen racional y compacto, estructurado en un módulo riguroso de 3 metros que define cada espacio. Este volumen puro se ve alterado por la expansión diagonal del área de cocina y la jerarquización del living-comedor, que se eleva para albergar un altillo con vistas panorámicas del entorno, ideal para hospedar visitas u oficiar de escritorio.
La disposición longitudinal organiza las áreas privadas en un lado y los espacios sociales en el otro, diferenciándolos claramente por su función. La vivienda prevé un área exterior protegida con servicios que facilitan su uso y potencian las vistas al paisaje. Esta área exterior y el área social interior tienen la cualidad de integrarse, conformando un espacio amplio y único en las épocas del año que así lo permiten.